la cochiná.

Saturday, November 04, 2006





Porque no hay primera sin segunda.

Tengo la certeza que todos le tienen un sin fin de nombres a eso que tengo entre mis piernas recién depiladas. ¿Cuántos nombres le tiene usted?. Es fuente de inspiración para muchos y de preocupación de muchas (digámoslo; “hay mujeres que también llaman la atención de otras”). Hay ocasiones en que ella es parte de mi y otras en que yo soy parte de ella, por lo tanto, merecía que le diera el lugar que corresponde.
A veces contamos billetes juntas, la excavo o le saco punta a mi dedo. Pero como toda buena nerudiana tengo que negar estas prácticas, aunque es una estupidez que los hombres puedan ser abiertamente pajeros y nosotras no.
Lo mejor que puedo hacer antes de verme apoderada por mi propia ira (y echarme otra) es contarles mi historia.
En un clase de educación física en ese gimnasio de ultima generación que tenemos, ocurrió esta conversación con una amiga:

- ¿Qué te pasa?

- Me duele ahí (indicando mi paraíso)

Bueno, como carezco de lo que algunos llaman “sentido común”, ella se dio a la misión de ser mi pepe grillo y adoptarme para convertirse en la voz de mi anti-conciencia.
Por lo que inicio un ataque excesivo de preguntas:

-¿Que hiciste?, ¿Con quien te metiste?, ¿Dónde estabas? (estaba más exaltaba que discurso del sub-comandante Marcos)

- ¡Ya! nada.

- Mira eso no es normal… (creo que en el lapsus gruño como perrita rabiosa)
Anda al servicio técnico.

Shuta! y eso es ir a ver a la matrona o al génicologo, y por lo tanto contarle mis últimas aventuritas del mes o quizás del año.
A mi me gusta el látex, pero no en las manos gigantes de una caballero con lentes que encuentro agradable hasta que esta mirándome de una perspectiva donde mis calzones con monos no pueden protegerme. De echo están sobre una mesita infame, con actitud de caídos en batalla (de mártires de guerra).
¡¡No!! Me niego a pasar por eso de nuevo, esa imagen me atormenta, pero son los costos de ser sexualmente activa y mentalmente perdida.

-Piensa cuantos polvos tenis en el cuerpo (ella insiste en hacerme sentir culpable, pero como les decía; una nerudiana no puede estar orgullosa de algo así y si puede negarlo, que lo haga)

- No tantos. (Una estampida de recuerdos vienen a mi como cuando haces un saping eterno en TV satelital )

Después de esa fugaz conversación pasaron unos días, no sé cuantos y el sentimiento de culpa me empezó a invadir. Me empecé a pasar todos los rollos que en mi situación cualquiera se pasaría: “!Quizás me contagie de algo¡”y ¿Si estoy embarazada? (empecé a sacar cuentas y dentro de todo estaba en mi periodo y me faltaban 4 días fatales).
Producto de esta misma situación me volví inmune a todo tipo de estimulo sexual
(que quieren que les diga si pasa poh).

- Veamos una peliculita (esa peliculita es una porno, siempre se trama algo cuando habla en diminutivo)

- Mmm… tengo que estudiar (si, es verdad estudio)

- Me duele la cabeza (es el “No” más evidente que se existe)

- Yo te hago cariñitos (otra vez los diminutivos, pero también lo entiendo el no me va a decir “te puedo manosear”, aunque reconozco que eso me hubiese calentado más)

- Tomemos once y después me voy por que tengo prueba mañana.

- Pero quédate a alojar conmigo y estudiamos juntitos (en otra ocasión me hubiese quedado y después de una revisión ultra veloz de la materia hubiésemos empezado a innovar con esas posturas tan buenas como: la tarántula, el barco en el agua, la sirena voladora o la flor del loto, pero con mi “vaginita” adolorida todas estas opciones quedaron eliminadas, de echo en ese momento no las concebí, solo ahora)

- Bueno te voy a dejar pero dime que wea te pasa

- No quiero no más (si a el le tengo estima pero mi intimidad con mi paraíso es más, por otra parte tenia que saber yo primero que tenia)

Así que hice la cola sin fin para sacar hora y por fin pensé en que sea lo que fuese, es mejor saber antes de estar apocalípticamente angustiada como estaba en aquel momento. Me senté y esperé y esperé, entremedio de un par de niñas menores que yo con sus guatitas de embarazadas, unas parejas de pololos calenturientos y otras mujeres con actitud de espera.

- Calzón con Monos el doctor la espera puerta 3 (¿que pretendían, que diera mi nombre?)

Después de los saludos y todas esas formalidades incomodas, me pidió mi calendario y me pregunto por que andaba acá y por que no fui a unos controles a los cuales nunca voy mientras todo este bien… y como lo temía:

- Voy a tener que revisarte así que súbete, hay esta la bata (odio esa bata. Y en ese momento empecé a jurar “nunca más”, si salgo de está me porto bien, me como toda la comida, hago las tareas, no le contesto a nadie, no escribo más en la revista, no me como más el majar con el dedo, saco la basura todos los días y dejo el café. Prometo todo con la convicción de que de verdad cumpliré con lo prometido)

El inclina la camilla y me indica esas cosas que parecen estribos de caballos, donde tengo que poner los pies y se sumerge en mi intimidad.

- ¿Cómo te lavas tu? (¿¡¡Que se cree este viejo culiao!!? , si es lo que más me cuido)

- Con agüita y con jabón (eso me lo enseño pin-pon, pero no me desenredo con peines de marfil por que tiene que doler)

- Mira el ph de la vagina es de 4.5 es un ph acido con el fin de protegerte de infecciones pero el común de los jabones es de 5.5 lo cual provoca una incompatibilidad lo que te produjo la leve irritación.

- ¿Y es solo eso?

- Es solo eso

Me dieron ganas de mutilarme por lo poco escurriah, pero a la vez el alivio y la alegría me poseyeron, como no me poseyó él ese día ¿Qué que hice? Me deslice a la farmacia a comprar mi sacrosanto jabón de 4.5 de ph.

Wednesday, September 20, 2006

La Puntita no más.

Nosotros siempre creimos que en el liceo se hacian más cosas que solamente estudiar, algunas buenas, otras no. Eso queda a su juicio personal.


Si la sexualidad de las nerudianas es un problema, chupate esta: El 69% de las encuestadas confeso tener fantasías secretas sin uniforme, que nacen y se expanden con mayor facilidad en los “monólogos interactivos” de cierto profesor. A demás hay tanta “cosita rika suelta”, que inspira una escapadita de la moral y las buenas costumbres inculcadas en nuestro celebre establecimiento. Y de repente me encuentro poseída por el deseo cachondo de algún encuentro furtivo con algún profe entre las manos (o entre las piernas). ¿Que será que lo que me producen ciertas salas y pasillos de este liceo, que me despiertan más pasión que el equipo de mis amores?, ¿Serán sus múltiples capas de pintura que acolchan las paredes para su mayor comodidad? ¿O quizás lo afrodisíaco de su inmobiliario milenario? No lo sé.

Creo que no me corresponde hablar de nadie más que de mi misma (para no caer al recurso fotolog). Según mi peculiar clasificación, existen 4 tipos de situaciones “hotni”, estas se pueden dar por separadas o mezcladas entre si. Estas serian: la Real, la mental, la rica y la grotesca. Ahí ve usted donde mete su experiencia o seudo experiencia. De reales ¡uff!... Después de clases me fui a mi casa a echarme la bañadita previa, me puse mi calzón con monitos (que si les digieran que era anti-sexy es mentira por que da el falso aspecto de ingenuidad) y me fui a … usted se imaginaran. Resulta que hay partimos, besitos y masajitos sobajientos:

- ¡Ya! sácate la polera… (En la orejita) Apúrate … (ahí contra la pared, en la no-tranquilidad de mi hogar).
- Tranquilita.. (luego, la mentira más grande del mundo aparte del “voy y vuelvo”)
LA PUNTITA NO MÁS, si no va a pasar nah (con esa actitud de “si soy un experto”).

En desesperación y el apuro por obtener el anhelado placer, una pregunta cuerda:

- ¿Te estay cuidando?

Te quedas piola, por que sabes que no te estay cuidando y lo peor, por descuidada dan ganas de rascate la cabeza creyendo que así mágicamente va a volver el tiempo a tras y te vas a tomar la pastilla de mierda.

- Hee.. no, no me estoy...
- Tranquila flaca, yo siempre tengo uno.

Dentro de todo pienso (ojo no razono) ¿Por qué me quiero culiar a este weon? Ya listo otra fracesita pedante y lo dejo con la yugular hincha hasta pasa’o mañana y mejor.

- Shuuuu!!!! (Y no dijo nada más y por favor, wajajaja)

Puso esa cara de “I’m sexy”, sigue el camino de axé , esa de galán de porno de cuarta, esa entre los ojos blancos y que te busca la cara por fin, ese guiño de ojo medio Taldo , con cara de travestí en celo, este weón esta poseído o se esta transformando, y hay sacó un condón de oferta tamaño Standard (sin ninguna gracia, ni sabor ni color menos olor). En un acto primitivo, orgásmico e involuntario, hincó el colmillo y me miro con ojos de teleserie caribeña.

- Pasamelo (y el me pasa su…) ¡no weón el condón!.

Lo tomo del anillo, y lo empiezo a deslizar por el miembro de mi casual amigo.

- No, no, ¡¡no!!... ¡LO RAJASTE!.

- No importa… a capella.

En el momento fue frustrante, pero ahora que me acuerdo de toda la situación y de su cara, ¡por la cresta la cara de los minos cuando están calientes! , y sobre todo la cara de él. Bueno, después de eso me baje y me puse mi polera-camicera del uniforme, menos mal que mi dichoso calzón con monitos permaneció ahí, estoico.

- ¿Te marchas de esa forma? (otra frase para el bronce)
- Si.
- Pero conversemos un rato.
- Mira.. en serio me voy.

De hecho lo veo siempre deambulando por el liceo con sus amigotes y nos cruzamos una miradita culpable, no hay que negar que es un tipo interésate socialmente hablando, pero en la cama … (ya sabrán lo que pienso)


Por Calzon con Monos.